En la literatura de los Siglos de Oro, se empleaba con asiduidad el lenguaje de germanía para retratar, con mayor verosimilitud, a los individuos que se movían en ambientes denigrados o marginales. El concepto germanía proviene del latín germanus “hermano” y, a principios del XVI, se utilizó en Aragón para designar “a ciertas asociaciones municipales y, después, a las juntas formadas por los que al principio del reinado de Carlos I se sublevaron en el reino de Valencia y en la isla de Mallorca” (Salillas, 2000).
Sin embargo, pronto adquirió rasgos negativos, pues comenzó a englobar a todos aquellos grupos que formaban una “hermandad”: delincuentes, prostitutas y rufianes. Tales colectivos poseían un léxico propio, para poder ocultar sus fechorías o acciones de la justicia o del resto de la población. Muchos de los términos que estos crearon fueron recogidos por Juan Hidalgo en el Vocabulario de germanías (1609). Tras este nombre se esconde, supuestamente, Cristóbal de Chaves: procurador de la Cárcel Real de Sevilla cuando Cervantes estuvo en ella. Este hecho podría explicar el gran dominio del lenguaje de germanía que el autor alcalaíno muestra en sus creaciones
En El ingenioso hidalgo, el episodio en el que mejor queda reflejada esta jerga es en el de los galeotes. Expresiones como precisos de gurapas “años en las galeras” o untar la péndola “sobornar” y términos como corbacho “azotes” o canario “confesar en el tormento” resultan ininteligibles para Alonso Quijano. En Las Novelas Ejemplares también se pueden hallar numerosas germanías, sobre todo, en “Rinconete y Cortadillo”. En este relato, los personajes se introducen en una cofradía de ladrones de Sevilla y emplean términos como finibusterrae “horca”, cicateruelo “ladrón” o envesados “azotados” (Di Pinto, 2006). .
Francisco de Quevedo también cultivó hábilmente la lengua jácara en novelas, como El buscón, o en sus poesías con el objetivo de otorgar un mayor realismo a las sátiras y burlas que realizaba de los bajos fondos sociales. Igual sucede con Mateo Alemán y su Guzmán de Alfarache o con las obras de Reinosa y Salas de Barbadillo. La riqueza expresiva y el valor histórico-literario que posee el lenguaje de germanía hacen de este un interesante campo de estudio para los investigadores de la literatura y de la lengua de los Siglos de Oro.
Bibliografía recomendada
- Di Pinto, Elena (2006), Cervantes y el hampa: paseo por la lengua de los bajos fondos, Universidad Complutense de Madrid, Disponible en: http://dspace.uah.es/dspace/handle/10017/19551
- Pedraza, Felipe (2005), “De Quevedo a Cervantes: la génesis de la jácara”, AISO, Actas VII. Disponible en: http://cvc.cervantes.es/literatura/aiso/pdf/07/aiso_7_008.pdf
- Rodríguez, Cesar (1984), Aventura de los galeotes, algunos rasgos estilísticos, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Disponible en: http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/2446/1/198449P65.pdf
- Salillas, Rafael (2000), El delincuente español. El lenguaje: (estudio filológico, psicológico y sociológico): con dos vocabularios jergales, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/obra/el-delincuente-espanol-el-lenguaje-estudio-filologico-psicologico-y-sociologico-con-dos-vocabularios-jergales–0/