Las «otras realidades» de Julio Cortázar


Entre dos cosas que parecen perfectamente delimitadas y separadas, hay
intersticios por los cuales, para mí al menos, pasaba, se colaba, un elemento, que no
podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía
explicarse con la inteligencia razonante

(Cortazar, El sentimiento de lo fantástico).

 

       La enorme capacidad de Julio Cortázar para introducir en el mundo cotidiano elementos extraordinarios es uno de los rasgos que más caracterizan su prolífera obra. El escritor argentino sabía buscar muy bien los entresijos del día a día para hacer que sus lectores pusieran en cuestión su visión de la realidad: “lo que llamamos realidad es apenas su apariencia fenomenológica; lo real está de abajo de ella y contiene lo fantástico, que puede emerger en cualquier momento a través de poros y galerías que llevan secretamente de un lado a otro” (Oviedo, 2002: 163). La alteración de la percepción del espacio y del tiempo mediante la interrelación entre historias, aparentemente inconexas, permite “abrir” tales fisuras y adentrar al público en ese “orden oculto”.

        En Final del juego (1956), el autor de Rayuela muestra la presencia de lo inquietante en lo banal al confrontar diversos planos existenciales. Uno de los relatos de este libro que mejor plasma este fenómeno es “La noche boca arriba”. En él se desarrolla el tema del soñador soñado con el objetivo de hacer reflexionar al lector sobre la borrosa línea que separa el mundo onírico del real[1]. El cuento se construye a partir de dos situaciones ordinarias (un accidente de moto y el asesinato de un preso azteca), que se interrelacionan a través del subconsciente de los protagonista de ambas, de diversos leimotivs y de múltples paralelismos y contrastes[2].

          El relato comienza con lo que se denominará historia A. En ella, un hombre se dirige a su trabajo en motocicleta y, tras una leve distracción, cae de la máquina y es trasladado al hospital. La fuerte medicación que recibe y la intensa fiebre que padece hacen que se duerma. En el sueño que tiene, historia B, es un “moteca” que intenta escapar desesperadamente de sus sanguinarios captores. El joven se despierta en diversas ocasiones y cada vez que vuelve a caer en los brazos de Morfeo sus percepciones son más reales: “Como sueño era curioso porque estaba lleno de olores y él nunca soñaba olores. Primero un olor a pantano (…) aun en la absoluta aceptación del sueño algo se revelara contra eso que no era habitual, que hasta entonces no había participado del juego”.          

          El azteca, finalmente, es atrapado y conducido hasta  un altar. En el trayecto hacia este,  intenta volver a imaginarse en la cómoda cama del ambulatorio pero (por más que lo intenta) no puede. Durante tales instantes, el protagonista y el lector se plantean cuál de las dos tramas se corresponde con la vigilia y cuál con el plano onírico. La revelación que sufre el personaje al final de la narración es explicada por Cortázar en El sentimiento de lo fantástico: «Eso no era una pesadilla, eso era la realidad; el verdadero sueño era el otro. Él era un pobre indio, que soñó con una extraña ciudad de edificios de concreto, de luces que no eran antorchas, y de un extraño vehículo, misterioso, en el cual se desplazaba, por una calle».


[1] El tema del soñador soñado fue desarrollado por Jorge Luis Borges en “Las ruinas circulares” (1944). En este cuento, el autor de El Aleph hace que el lector dude sobre si forma o no  parte o no del sueño de otro hombre (Morales, 2011).

[2] José Moráles  (2011) ealiza un detallado análisis sobre los paralelismos y contrastes que Cortázar crear entre la historia A y la B.


 Bibliografía

-“El sentimiento de lo fantástico»

“La noche boca arriba” Final del juego, 1956.

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Acerca de Zoraida

Posee el doctorado en "Español: Lingüística, Literatura y Comunicación" de la Universidad de Valladolid. Ha realizado el Grado en Lengua y Literatura española (UAB) y el Máster de estudios filológicos superiores (UVA). Además, cuenta con dos posgrados: "Experto en Humanidades Digitales" (UNED) y "Diseño y gestión de proyectos elearning" (UOC). Gran parte del contenido del blog es de autoría propia y, por tanto, los derechos de propiedad intelectual de su contenido y de sus imágenes están reservados exclusivamente a su creadora. Los diversos elementos que conforman las entradas solo se podrá compartir reconociendo sus derechos morales y sin obtener ningún tipo de beneficio económico por ello.
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9 respuestas a Las «otras realidades» de Julio Cortázar

  1. ClicNota dijo:

    ¡Me gustó mucho tu post! Más que nada porque he leído a Cortázar, sólo un libro, Rayuela, y la verdad, me resultó muy complicado de entender, no es que no me gustara, pero no comprendí todo lo que (estoy segura) debí de haber entendido, además de las partes en francés (no hablo el idioma). He visto entrevistas suyas y me parece un hombre excepcional, y me estoy animando a leer otro de sus libros. Gracias por aclararme un poco a Cortázar con tu post. 🙂

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  2. Lester Knight dijo:

    ¡Hola Zoraida! Gracias por tomarte tu tiempo en escribir entradas así. Me ha inspirado mucho saber del recurso empleado por Cortázar en el relato. Un saludo 😉

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  3. charlies27 dijo:

    Muy interesante la entrada, Cortázar fue un genio del relato.

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  4. charlies27 dijo:

    Perdón, «Casa tomada».

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