LA MUJER INDÍGENA EN LOS NAUFRAGIOS[1] DE CABEZA DE VACA (parte 1)
La trágica y humana relación que hizo Cabeza de Vaca sobre su expedición a Florida, publicada en 1542 en Zamora, fue ofrecida al emperador Carlos V como lo único que “un hombre desnudo pudo sacar consigo” (AA.VV. 2006: 92). La desnudez, el rasgo más repetido para describir a los salvajes como seres inferiores, se convierte en un signo identitario de Alvar Núñez y sus compañeros tras naufragar en tierra hostil.
El largo proceso de asimilación cultural[2] que sufrió el conquistador español, al pasar casi una década viviendo como los indios, hace que desaparezca en sus escritos la categoría del héroe y la del salvaje y que aparezca otra que sustituye a las dos anteriores: el hombre (Pastor, 1993). Es desde esta nueva perspectiva, basada en la estrecha colaboración entre nativos e hispanos para lograr la supervivencia, desde la que Cabeza de Vaca describe a las mujeres indígenas. A pesar de las diferencias existentes entre las diversas tribus que conoce Alvar Núñez en su largo viaje, se pueden trazar una serie de características generales sobre cómo eran y cómo vivían las nativas americanas.
La apariencia externa del género femenino depende del estatus social y de la riqueza de la población en la que este habite. En las aldeas más pobres, “las mujeres traen de sus cuerpos algo cubierto con una lana que en los árboles se cría. Las mozas se cubren con unos cueros de venados” (Núñez, 1984: 89) y, en los asentamientos más prósperos, las indias:
Traen unas camisas de algodón, que llegan hasta las rodillas, y unas medias mangas encima de ellas, de unas faldillas de cuero de venado sin pelo, que tocan en el suelo, y enjabónanlas con unas raíces que limpian mucho, y así las tienen muy bien tratadas; son abiertas por delante y cerradas con unas correas; andan calzadas con zapatos (Núñez, 1984: 124).
La mujer indígena era generosa y amable. En numerosas ocasiones, el cronista cuenta cómo las nativas entregan sus escasos alimentos[3] a los españoles: “Las mujeres nos traían las tunas y arañas y gusanos, y lo que podían haber; porque aunque se muriesen de hambre, ninguna cosa habían de comer sin que nosotros la diésemos” (Núñez, 1984: 117). También era trabajadora y fuerte, pues ella era la encargada de obtener y transportar la mayoría de alimentos y materiales:
Las mujeres son muy trabajadas y para mucho, porque de veinticuatro horas que hay entre noche y día no tienen sino seis horas de descanso, y todo lo más de la noche pasan en atizar sus hornos para secar aquellas raíces que comen. Y desque amanece empiezan a cavar y a traer leña y agua a sus casas y dar orden en las otras de que tienen necesidad (Núñez, 1984:89).
[1] Bajo este título se encierra el relato que escribió Cabeza de Vaca, en España, contando las aventuras que vivió en su primer viaje a América como alguacil y tesorero de la expedición dirigida por Pánfilo de Narváez. Esta salió del puerto de Cádiz, el 17 de junio de 1527, con más de 600 hombres para conquistar Florida. Pero tras, el trágico naufragio que sufrieron (en el sur de la bahía de Tampa) y las numerosas penurias que tuvieron que afrontar los supervivientes, tan solo cuatro pudieron ser rescatados, en 1536, por un equipo de exploradores españoles a pocas leguas de Culiacán (norte de Méjico).
[2]Cabeza de Vaca anda desnudo como los indios y come como ellos. Pero la identificación cultural nunca es completa, pues no olvida su identidad (cuando desarrolla el oficio de buhonero o curandero), ni el deseo de volver con los suyos (Todorov, 1987).
[3] “caminamos por el río arriba, y desde a un poco topamos dos mujeres cargadas, que como nos vieron, pararon y descargáronse, y trajéronnos de lo que llevaban, que era harina de maíz, y nos dijeron que adelante en aquel río hallaríamos casas y muchas tunas y de aquella harina” (Núñez, 1984: 120).
by Zoraida Sánchez Mateos
Bibiografía
- De Mora, Carmen (1993), “El discurso sobre la mujer indígena en «La Florida» del Inca Garcilaso” Espacio geográfico – espacio imaginario, Universidad de Extremadura, 165-175. Disponible en: http://www .cerva ntesvirtual.com/obra-visor-din/el-discurso-sobre-la-mujer-indgena-en-la-florida-del-inca-garcilaso-0/html/ [Consulta 13-4-2015].
- Glantz, Margo (1993), “El cuerpo inscrito y el texto escrito o La desnudez como naufragio”, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, notas y documentos, Méjico, 403-434. Disponible: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-din/el-cuerpo-inscrito-y-el-texto-escrito-o-la-desnudez-como-naufragio-0/html/00a c3d32-82b2-11df-acc7-0 021 85ce60 64_5.html #I_0_ [Consulta 3-4-2015].