Dicen que las mujeres mueren dos veces: la primera es la muerte física, la segunda es la dada por la historia del hombre. La Residencia de Señoritas es un proyecto que a pesar de haber cambiado para siempre la educación femenina en España y de haber sido promovida por los mismos fundadores de la célebre Residencia de Estudiantes, hoy día, muy pocos conocen.
La difusión de los ideales krausistas sobre la necesidad de mejorar la condición del ser humano repercutió de manera decisiva en la voluntad de fomentar la formación de ambos sexos. Fernando Castro inició en la península ibérica, a finales del siglo XIX, una ardua tarea para alcanzar tal propósito. Gracias a las diversas conferencias sobre la figura de la mujer y a las instituciones educativas que en relación a ella promovió, entre las que puede destacarse La Asociación para la Enseñanza de la Mujer (1870), el género femenino ya no necesitó disfrazarse de varón para poder acceder a las universidades.
No obstante, todavía quedaba mucho camino por recorrer para que hombres y mujeres recibieran la misma educación. Giner de los Ríos, al fundar en 1876 la Institución libre de Enseñanza y promover importantes congresos pedagógicos, puso los pilares fundamentales para conseguirlo. Sin el intenso esfuerzo de este y de muchos otros liberales no hubiera sido posible crear la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas.
La fundación de la JAE permitió el desarrollo una serie de programas para mejorar la formación en España; uno de sus primeros logros fue la inauguración en 1909 de la Escuela Superior del Magisterio. A ella, como señala Azucena López Cobo en su estudio sobre La contribución de la JAE a la educación de la mujer (2007), acudieron mujeres tan relevantes como María de Maetzu o Gloria Giner y profesores del nivel de Ortega y Gasset.
Sin embargo, el proyecto de la JAE que más contribuyó al desarrollo de la educación superior femenina fue la creación de la Residencia de Señoritas en 1915. Un recinto situado en Madrid que al contrario que su homólogo masculino (Residencia de Estudiantes) no solo albergaba, tal como indica (López: 2007), a universitarias de todas las ramas sino también a estudiantes de la Escuela Superior de Magisterio, del Conservatorio Nacional de Música o de la Escuela del Hogar.
El modelo sobre el cual se construyó fue el de International Institute de Massachusetts, una institución que promovía el intercambio cultural entre los Estados Unidos y otros países. María de Maetzu que había sido alumna de este centro, al tomar las riendas de la Residencia de Señoritas, impulsó numerosos intercambios de profesoras y alumnas entre ambas instituciones. Esto unido a la estrecha relación que las tutoras mantenían con las estudiantes y sus familiares garantizaba tanto la buena reputación de la fundación como su progresiva expansión. Como señala López (2007) de las 26 alumnas iniciales (provenientes principalmente de la clase media española) se pasó a 145 inscritas para el curso 1933-1934, de las cuales casi un tercio eran extranjeras. Entre sus intrépidas estudiantes pueden destacarse nombres como Victoria Kent, Concha Méndez o Matilde Huici.
El constante aumento del alumnado trajo consigo la continua ampliación de las instalaciones de la calle Fortuny. La Residencia de Señoritas llegó a contar, según López (2007), con una biblioteca, un laboratorio, una sala para estudios musicales y un campo de tenis. Pero no solo el espacio físico creció, también lo hizo su oferta educativa. Se promovieron las clases de idiomas, las conferencias y las excursiones culturales; muchas de las cuales fueron compartidas con los miembros de la Residencia de Estudiantes.
La creación de la Asociación de Alumnas de la Residencia en 1924 y la formación del Comité de Relaciones Internacionales contribuyeron de manera decisiva a la realización de reuniones artísticas, literarias o científicas en las que llegaron a participar grandes intelectuales de la época como Marie Curie, Ortega y Gasset o Menéndez Pidal.
Pero el estallido de la Guerra Civil española puso fin al proyecto de conseguir una educación superior de calidad para el género femenino. La Residencia de Señoritas, durante el conflicto bélico, se utilizó como hospital y orfanato y, tras este, abrió sus puertas bajo el signo conservador del Colegio Mayor de Santa Teresa de Cepeda. El extraordinario legado de María de Maetzu y de sus discípulas parecía estar condenado al olvido hasta que en los años 80 gran parte del material que aún se conservaba fue catalogado.
Desde entonces, se han realizado diversas investigaciones que han aportado cierta luz sobre el funcionamiento y la repercusión cultural de esta institución. No obstante, todavía quedan demasiadas sombras que desvelar sobre la riqueza intelectual (publicaciones, congresos, biografías, intercambios educativos…) que fomentó y aportó la organización tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
Si os interesa más sobre el tema podéis consultar este artículo de Raquel Vázquez http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/La-Institucion-Libre-de-Ensenanza
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Es una entrada francamente interesante. Personalmente desconocía la existencia de la Residencia de Señoritas, un tesoro que promete una investigación realmente jugosa. Muchas gracias por la labor ejercida para recopliar y trasladarnos estos datos. ¡Felicidades al autor! Espero poder leer algo más de este tema en su blog. Y brillante primera frase, por cierto.
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Está muy interesante su blog. Les dejamos el link de nuestro sitio, también aborda el tema de las mujeres en el deporte http://lasmujereseneldeportemexicano.wordpress.com/
Saludos!
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Interesantísimo. Muy elocuente que, incluso en una época en la que se empezó a considerar a la mujer en su vertiente cultural, siga estando a la sombra de sus congéneres masculinos: la Residencia de Estudiantes aparece en multitud de artículos y reseñas, ¿y la de Señoritas? Muchísima gente ni siquiera sabía que existía. Una pena.
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Muy buena y clara redacción. En cuanto al contenido muy interesante, personalmente desconocía totalmente la existencia de dicha Residencia de Señoritas. Una pena que no se le de un poco de peso (o una leve referencia) en el programa educativo actual, quedando relegado al buen hacer o propio interés del personal docente. Felicidades por el blog, te animo a que siga así.
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Hola Adiaroz,
desconocía esta «Residencia de Señoritas», gracias por acercame su existencia.
Un saludo
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Desafortunadamente, casi todo el mundo conoce la Residencia de estudiantes pero ignora por completo su homóloga femenina. Si te parece interesante este trozo de la historia y quieres que otros lo conozcan puedes reblogearlo o sugerir el enlace, Creo que no hay nada mejor para progresar en el presente que conocer los aciertos del pasado.
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Así lo haré. 😉
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Que entrada más interesante. Muchas gracias por recomendármela desde mi sitio de mujeres en la historia
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